martes, 24 de marzo de 2020

Respiración oceánica. Una meditación guiada para días de confinamiento.




Meditación ¿para evadirme o para centrarme?

Hay quien cree que la meditación sirve para “evadirnos”, como si el peligro radicara en estar en contacto con lo que hay, reconocer la realidad, asumir lo que ocurre tanto fuera como dentro de nosotras, y la solución fuera evadirnos, fingir que eso no existe... al menos por un tiempo. Pero eso no es más que una huida, resultado de la idea infantil de que "si yo no lo miro, si no lo veo, no existe". La conocida técnica del avestruz.

Y no. Las cosas no son así. Las cosas son como son, tanto si las miramos y las reconocemos, como si no. No podemos huir de la realidad. Esa tentación de pretender escapar y evadirme, es fruto de una pobre idea de nosotros y nosotras mismas. Es resultado de creernos impotentes e incapaces de sostenernos a nosotras mismas; de no creernos capaces, bien de enfrentar y cambiar situaciones que podemos modificar, o bien de adaptarnos a las circunstancias que no podemos cambiar. En la habilidad para reconocer cuándo se trata de un caso u otro, está nuestra sabiduría. Una sabiduría que se va conquistando poco a poco. 

Así que la meditación no sirve para evadirme sino para centrarme y contactar con la realidad, con el aquí y ahora, confiando cada vez más en la capacidad para sostenerla. Sólo en este parar, puedo ir descubriendo y encontrándome con un yo profundo, libre de ideas preconcebidas y potencialmente capaz de sostenerme y de desarrollar todas las potencialidades que poseo y comparto con el conjunto de la humanidad. 

El verdadero propósito es ver las cosas tal como son, observar las cosas tal como son y dejar que todo siga su curso” Shunryu Suzuki. 


Para realizar la meditación:

Busca un lugar tranquilo y silencioso, donde no vayas a ser interrumpida en los próximos 15 minutos. La propuesta es realizarla de pie, preferiblemente descalza o con calcetines, pero si prefieres puedes hacerla sentada, sin cruzar las piernas y con los pies suavemente apoyados en el suelo. Cuando tengas el espacio preparado, pon la grabación y ve siguiendo las indicaciones. La meditación dura algo más de 12 minutos y estarás acompañada por mi voz al principio y al final de ella, mientras que durante algunos minutos centrales estarás sola con tu quietud. Espera la señal de la campanilla y mi voz al final, que te acompañará para regresar a tu actividad cotidiana.

Espero que contribuya a tu serenidad y a la de tu entorno.
Buena práctica!!!!

Si deseas puedes compartir. Y si te apetece, comentarme qué tal te ha ido.

Lourdes Serra




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