sábado, 10 de enero de 2015

INVIERNO: A PALO SECO. EL ALMA DE LOS ÁRBOLES.


Preparando ahora el taller sobre INVIERNO del próximo fin de semana (16/18 de enero 2015) en la Sierra de Arecena recupero un texto que escribí el año pasado, justo cuando andaba gestando el taller "De palo seco... a Flor en Rama" que nos reunió en el mismo lugar en abril de 2014.  

Lo recupero de nuevo porque hablo justamente del invierno. Así que se refiere a lo que trabajaremos en unos días. Hoy no son las amenazantes ciclogénesis explosivas las que me mantienen cobijada en casa, sino una gripe que estoy sanando para poder acompañaros en una semana escasa. 

Aquí lo dejo, junto a mi invitación ya que quedan algunas plazas libres.


Fotografía: Malules Fernández.



Invierno: sostener la incertidumbre, desear y confiar.

Los metorólogos y meteorólogas no dejan de prevenirnos sobre los riesgos de salir por ahí con los vientos, las lluvias y las borrascas que no dejan de sucederse unas a otras. En plena ciclogénesis explosiva, el cuerpo pide cobijo y tranquilidad (afortunadamente).

Y es que estamos en invierno, qué le vamos a hacer. Ya sé que a mucha gente no le gusta el invierno, pero por mucho que haya detractores de ésta u aquélla estación del año, todas son igualmente necesarias para un ciclo de transformación que no cesa, al menos mientras haya vida. Entre los menos “fans” del invierno, quienes se apasionan por lo aparente, colorido, vistoso, activo, productivo, etc. En nuestra sociedad la mayoría. Hay que ser ya un poco “sabia” para reconocer que, aunque menos visible, la energía que se moviliza en invierno es tan vital y necesaria como cualquier otra. Es la energía del descenso, del descanso, de la confianza, del agua...

Cuando sobre la tierra los árboles y plantas aparecen desnudos, “a palo seco”, y aparentemente sin vida, la enorme actividad que se desarrolla bajo tierra escapa a nuestra mirada. Son las raíces quienes se multiplican y extienden para absorber el agua y las sales minerales que constituyen la savia bruta.

A las personas nos ocurre también que nos desarrollamos de forma cíclica. Como si también tuviéramos estaciones. Tan pronto estamos perdidas, atascadas, aparentemente acabadas y como muertas, como de repente parece que algo se desbloqueó y encontramos algo que nos renueva y nos ayuda a expandirnos y conducirnos con nuevas ganas, ilusiones y capacidades.

A veces cuesta mucho salir de los atolladeros, sobre todo si nos empeñamos en que todo cambie sin cambiar nosotras; si pretendemos aferrarnos a algo o a alguien, impidiendo que las cosas vayan y vengan y nosotras con ellas. Así como vemos que es la vida. Así como constatamos que ocurre año tras año con las estaciones. Por mucho que me pueda gustar la primavera, no puedo retenerla. Ni el verano, ni el otoño, ni el invierno...

Conviene ir con la vida y sostener la incertidumbre, sostenerse y dejarse sostener. Por la tierra, por la realidad y por la propia presencia. Y también desear crecer y desarrollar nuestro potencial. Y dejar que el agua disuelva las pegajosas capas de nuestro hábitos más inútiles y dañinos. Y confiar. Confiar en que son nuestros deseos y no nuestros miedos los que nos conducen a nuestra transformación y a nuestros logros.

La energía invernal es una invitación al recogimiento, al contacto con lo esencial, con lo 
nuclear y con el ser en potencia que somos. Época de desnudez y de aparente quietud bajo la que se oculta un dinámico y profundo proceso de transformación, de recreación. Momento para descender al corazón que nos calienta por dentro.




jueves, 8 de enero de 2015

Para empezar el año con serenidad y calma.

El hombre, la mujer, pasa gran tiempo en el sonido, el resto del tiempo duerme; 
pero entre el sonido y el sueño, hay para él/ella un mundo; 
un mundo de silencio, de divinidad, de belleza...

Parvhati Kumar.

Espacio Contradanza. Ciclos de Vida. Invierno. 16/18 enero 2015.


Terminadas unas fiestas navideñas en las que solemos entrar en una vorágine que nada tiene que ver con nuestras necesidades, sino más bien con una idea consumista y alienada de las relaciones humanas, el taller que convoco para el próximo fin de semana (16/18 enero 2015), bajo el lema INVIERNO: EL ALMA DE LOS ÁRBOLES, es una invitación para regresar al contacto verdadero, con unx mismx, con los demás y con la naturaleza. Una oportunidad para regresar a lo esencial, a la serenidad y a la calma. 

El maravilloso paisaje de la Sierra de Aracena y el alojamiento rural en Casa Venera, nos servirán de inspiración para contactar con la desnudez invernal de los árboles a los que podemos atisbar el alma, su ser esencial. De ahí podremos buscar el contacto con nuestro ser esencial, con nuestra presencia silenciosa, con nuestra alma.

Quedan aún plazas libres, así que si te animas contacta conmigo cuanto antes.

Aprovecho para desearte un buen año, un año de verdadero contacto contigo para poder elegir en función de tus necesidades y de las oportunidades que te brinda la vida. Sea.