jueves, 22 de octubre de 2015

De sentimiento a movimiento

Escucha corporal y expresión emocional.
Herramientas para el autoconocimiento y la relación interpersonal.

III Ciclo de Talleres creativos para la Igualdad que organiza el Seminario Interdisciplinar de Estudios de las Mujeres de la Universidad de Sevilla.




Audiovisual con las imágenes del taller realizado en Sevilla en septiembre de 2015.


Justificación
En nuestra cultura patriarcal, los sentimientos han sido desvalorizados en tanto que se han asociado a lo femenino y a la debilidad. A cambio, se ha impuesto una supuesta “verdad absoluta” por la que se sobrevalora el pensamiento, y más concretamente el juicio, sobre las emociones, los impulsos o las intuiciones (“pienso, luego existo”), que reafirma esta desconsideración a lo que sentimos.

Y, sin embargo, es obvio que a todos nos es vital lo que vivimos internamente. Nuestra felicidad pasa por tener en cuenta nuestros sentimientos y los de los demás, especialmente los de aquellos a quienes queremos profundamente. Algunos sentimientos (la alegría, por ejemplo) constituyen guías que nos encaminan hacia nuestro bienestar y felicidad, y otros (la rabia o el miedo) son señales de que algo no va bien y de que necesitamos protegernos, cuidarnos o defendernos. Lamentablememnte, algunas de estas valiosas señales (como la ira) han sido prohibidas, y como realmente no se pueden prohibir las emociones, se ha obstaculizado su expresión fluida, lo que deriva en formas exageradas, abruptas, desmedidas y faltas de sentido, ya que lejos de conseguir su propósito nos empujan a lo contrario de lo pretendido.

Buena parte de las dificultades que tenemos en la relación con una misma y con los demás tienen en su base un elemento común: no prestar atención a lo que verdaderamente sentimos, o pretender que lo que sentimos no es importante o no merece la pena tenerlo en cuenta.

Objetivos
Este taller propone una serie de dinámicas para incrementar la escucha y conciencia de los sentimientos y emociones -propios y ajenos-; y también para propiciar una forma de expresión auténtica y genuinamente personal, y una comunicación interpersonal más empática, libre, sincera y honesta. Pretende ser una herramienta para la mejora de la comunicación con uno mismo y con los demás. Y un puente entre lo emocional y lo expresivo, lo sensitivo y lo activo, lo intuitivo y lo racional. Una aproximación a la integración cuerpo/mente, receptivo/activo, femenino/masculino. Una reivindicación de los valores tradicionalmente asociados a la feminidad y socialmente minusvalorados: sensibilidad, empatía, escucha, expresividad, emocionalidad, cuidado.




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