martes, 2 de junio de 2015

Hoy me siento como un árbol que se supiera mujer



Hoy me siento como un árbol
que se supiera mujer.
Alta, fuerte, bien vivida, 
y en plena madurez. 


Con estos versos de Gioconda Belli, os recuerdo que este año, del 6 al 9 de julio, ofrezco el taller PLENITUD en Baile en el Aire (Alpujarras. Granada) http://baileenelaire.com, cuyo propósito es que podamos detenernos a apreciar, aceptar y agradecer nuestros “frutos de temporada”. 



Es pues una celebración del propio proceso de crecimiento y desarrollo personal que ocurre en nosotr@s de modo natural, como en cuantos pertenecemos a la naturaleza viva, y que potenciamos cuando ponemos atención y conciencia a nuestra vida, a nuestros sentimientos, a nuestras relaciones, a nuestros conflictos, a nuestras carencias y potencialidades, y a nuestra necesidad de transformación. 

Después de habernos desprendido de lo más caduco; de haber penetrado en el vacío, en las honduras y sinsabores del carácter, de las heridas, de las carencias; después de haber podido abrirnos de nuevo a nuestra ternura y vulnerabilidad, es momento de pararnos para poder valorar cómo de esto deviene una depuración, un alivio, una sanación y un desarrollo. Tan inconsciente es fingir que todo está bien y no hay nada que merezca una transformación en mí, como pretender que no cambio, que sigo igual, o que no es suficiente... Y en este momento del año, pleno verano, pura energía, lo que toca es reconocer, recoger frutos y agradecerlos, tal como son, tal como han podido ser.





Sobre el lugar, Baile en el Aire, me faltan las palabras para describir lo hermoso, apacible y rico del lugar. Para empezar tiene un espacio amplísimo al aire libre para bailar, “el tablao”, tiene un sinfín de pequeñas y diferentes  “casitas” artística y personalmente decoradas, donde nos alojaremos por parejas, tríos o cuartetos, una alberca-piscina con vistas al valle, un espacio de encuentro-comedor para momentos de conversación y descanso, y un terreno hermoso y rico donde hallaréis mil posibilidades de encontraros con la naturaleza. Además del espacio, las tres mujeres que crearon y sostienen el lugar y el resto de personas que por allí pasan y colaboran, contribuyen a crear una atmósfera que sin duda nutrirán no sólo nuestros cuerpos (la comida, vegetariana, es espectacular), sino también nuestras almas. 





Si te sientes cada vez más como una persona bien vivida, alta, fuerte y en plena madurez, no lo dudes.

Inscríbete ahora porque será una hermosa experiencia de movimiento y conciencia, queda sólo un mes y las plazas son limitadas.

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