Del 16 al 18 de Enero 2015, en el Taller de Armonización Invernal
EL ALMA DE LOS ÁRBOLES,
trabajaremos con los valores que esta estación aporta a nuestro
proceso de desarrollo personal:
enraizamiento, presencia, esencia, confianza, voluntad, paciencia...
Dejo aquí este precioso relato a modo de inspiración. Si te apetece compartir contacta conmigo y reserva tu plaza. Un fin de semana en la naturaleza para conectar con tu naturaleza humana.
Un
día decidí darme por vencido…renuncié a mi trabajo, a mi
relación, a mi vida.
Fui
al bosque para hablar con un anciano que decían era muy sabio.
-¿Podría
darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.
-Mira
a tu alrededor, me respondió, ¿ves el helecho y el bambú?
-Sí,
respondí.
-Cuando
sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El
helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo.
Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al
bambú.
-En
el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y
nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié
al bambú.
-En
el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no
renuncié al bambú.
-En
el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero
no renuncié al bambú.
-En
el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En
comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e
insignificante.
-El
sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había
pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas
raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para
sobrevivir.
-¿Sabías
que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado
echando raíces? Le dijo el anciano y continuó…
-El
bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo,
ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
-Nunca
te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan
felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales
para la vida, le dijo el anciano y continuó…
-La
felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las
penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito
te mantiene brillante…
Si
no consigues lo que anhelas, no desesperes… quizá sólo estés
echando raíces…
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